Deshonra, vergüenza, bochorno e incluso tristeza es probablemente el pensamiento actual de muchos sevillistas. Seguidores que han visto desvanecerse las ilusiones de la temporada en menos de una semana. Pues un club que desde hace un par de años aspira a estar entre los grandes equipos españoles no puede permitirse tal desastre. Decir adiós a la Champions es un duro trámite, pero el problema es que también se dijo adiós a la Supercopa con demasiada pasividad. Y es que un trofeo que tenía un pie y medio en el Sánchez-Pizjuán se dejó escapar como una limosna sin importancia. Cierto es que los números aprietan, sobretodo en tiempos de crisis, y las órdenes del Club fueron claras --Jugar la Champions supone un 20% del presupuesto del Club-- así que salgamos vendidos al Camp Nou para ver como el Barça nos pisotea. Es, probablemente, la lectura del aficionado tras ver como sus dos delanteros principales no se encontraban en el campo. Incluso Kanoute vio como destrozaban a su equipo desde el graderío. Y es que salir sin ánimo de lucha contra el mejor equipo del momento, aunque tengas el resultado a favor, es autoejecutarte.
Tras la derrota, la justificación del club deparó en la intención de jugar con su once titular contra el Sporting de Braga. ¡Darlo todo! Pero esta vez, la suerte no acompañó y aunque el Sevilla salió con ganas de ganar, los goles en contra acabaron por destrozar el sueño de estar en la élite un año más. Tras el mal sabor de boca ahora su presidente, aquel que calza el sombrero de "la suerte" se proclama responsable de los hechos acontecidos. Apelando sin relación alguna a la crisis económica, "Les digo que disfrutemos de lo que tenemos, que es más de lo que podemos. Y si no, miremos a alrededor, porque estamos en Andalucía, en la región mas pobre de España, que es la segunda ciudad con más paro, y que vean el numero de empresas que han quebrado". Para finalizar exclamando que la Europa League es también una gran competición "que ha engrandecido al Sevilla".
Pero la verdadera noticia se encuentra en la voz del aficionado, aquel que se siente defraudado por su equipo. Un conjunto que salió pensando en una gloria mayor y acabo machacado. Un aspirante a Gran Club que promete llegar a serlo, pero para ello debe conseguir aumentar su palmarés. Y que debe comenzar a cosechar éxitos aunque tengan un valor inferior económicamente hablando. Ya que de cenas y grandes penas están las sepulturas llenas, que diría el refranero popular.
Tras la derrota, la justificación del club deparó en la intención de jugar con su once titular contra el Sporting de Braga. ¡Darlo todo! Pero esta vez, la suerte no acompañó y aunque el Sevilla salió con ganas de ganar, los goles en contra acabaron por destrozar el sueño de estar en la élite un año más. Tras el mal sabor de boca ahora su presidente, aquel que calza el sombrero de "la suerte" se proclama responsable de los hechos acontecidos. Apelando sin relación alguna a la crisis económica, "Les digo que disfrutemos de lo que tenemos, que es más de lo que podemos. Y si no, miremos a alrededor, porque estamos en Andalucía, en la región mas pobre de España, que es la segunda ciudad con más paro, y que vean el numero de empresas que han quebrado". Para finalizar exclamando que la Europa League es también una gran competición "que ha engrandecido al Sevilla".
Pero la verdadera noticia se encuentra en la voz del aficionado, aquel que se siente defraudado por su equipo. Un conjunto que salió pensando en una gloria mayor y acabo machacado. Un aspirante a Gran Club que promete llegar a serlo, pero para ello debe conseguir aumentar su palmarés. Y que debe comenzar a cosechar éxitos aunque tengan un valor inferior económicamente hablando. Ya que de cenas y grandes penas están las sepulturas llenas, que diría el refranero popular.
Fuente: Marca.com