Ayer me llevé una grata sorpresa al abrir el As y leer este titular: "Alain Prost mantuvo el liderato en Grandvalira". Al principio, me descolocó, y mi mente rápidamente pensó -será su hijo-. Pero ni mucho menos, las siguientes líneas me sacaron de mi asombro. Era él. Nada más y nada menos, que un cuatro veces campeón de la Formula 1 al volante de un Dacia Duster.
El francés, con 55 años sigue compitiendo y lo más sorprendente aún, es que lo hace sobre pistas de hielo. Como lo leen, Prost es líder en la clasificación del Trofeo Andros. Un campeonato de automovilismo que se disputa desde 1990 y que lo hace cerca de las estaciones de esquí más importantes de Europa, principalmente, en Francia. Pero también se desplaza en ocasiones a los alrededores de pistas situadas en Andorra o Canadá.
Pero no crean que es una locura pasajera del famoso piloto, pues ya es experto en este torneo. En su haber cuenta con dos trofeos Andros consecutivos, en 2007 y 2008, pero en esta ocasión al mando de un Toyota Auris. El que fuera uno de los rivales más importantes de Ayrton Senna y el segundo con más victorias tras Michael Schumacher, no se ha quedado en casa tras su periplo en la máxima competición.
Desde que disputara su última carrera en Australia en 1993, no ha abandonado el mundo de las cuatro ruedas. Entre 1997 y 2001, fue director del equipo Prost Grand Prix, su propio equipo, que quebró justo un año después. Y entre el golf, el ciclismo y otras aficiones, saca tiempo para su gran pasión, el motor. Y como donde hubo, retuvo, "El Napoleón de los circuitos", como fuera conocido el francés, es líder de la clasificación del torneo. Pero en esta ocasión, le ha salido un claro competidor, Nicolas Prost, su propio hijo.